miércoles, 24 de octubre de 2012

Conoce cada uno de los productos bancarios


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Teóricamente el banco no puede vender productos complejos a sus clientes pero a la vista está que en la práctica que hacen firmar un papel y te endosan lo que más les conviene en cada momento.
Os dejo aquí un breve resumen de los principales productos de ahorro e inversión con una sencilla explicación de cada uno de ellos.
Cuenta corriente o a la vista
El más sencillo de todos y usado. El banco te guarda el dinero a cambio de una rentabilidad mínima. Por el otro lado también tiene comisiones de mantenimiento que normalmente son más altas que los intereses que te dan. Sólo los buenos clientes gozan de cuentas sin comisiones. El dinero que tengas ahorrado en la cuenta corriente está garantizado hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos. Si el banco dónde tienes la cuenta corriente quiebra los primeros 100.000 euros de cada titular están a salvo.





Depósitos a plazo
Cada banco le pone su nombre pero al fin y al cabo un depósito a plazo (o Imposición a plazo) es similar a una cuenta corriente pero con la diferencia que los intereses que te da el banco son mayores a cambio de que no saques el dinero en un cierto de tiempo. Cuando mayor sea el tiempo del depósito mayor debe ser su rentabilidad. La rentabilidad es 100% segura y al igual que las cuentas corrientes el dinero está garantizado hasta los primeros 100.000 euros. Ojo con las penalizaciones si quieres sacar el dinero antes del vencimiento. Muchos bancos en vez de pagarte intereses te ofrecen regalos como Baterías de cocina, televisiones… Hay depósitos desde 1 mes de plazo hasta varios años. Es el producto rey por excelencia del ahorro en este país. Con la situación actual el rendimiento medio a 1 año que debería pagarte tu banco está entre el 3 y el 4%.
Depósitos Garantizados, Estructurados o vinculados
Ojo que a diferencia de los productos anteriores aquí ya empezamos a asumir más riesgo. Se tratan de depósitos a plazo con un componente de riesgo por el que en algunos casos la rentabilidad no está asegurada. Es el típico depósito cuya rentabilidad está vinculada por ejemplo a la evolución de la acción de Telefónica e incluso a si el Real Madrid gana la liga. Es una mezcla entre depósito a plazo y casa de apuestas. Sólo aptos para aquellos que estén dispuestos a perder dinero. Yo no lo aconsejo como vehículo de ahorro. A la hora de vendértelo te marean y sólo te cuentan lo bueno: “Si la acción de Telefónica no baja tiene una rentabilidad del 6% bla bla bla…” Al ahorrador se le iluminan los ojos cuando oye el 6% y al cabo del año no ha ganado nada. Está demostrado que la mayoría de veces la rentabilidad es cercana al 0%.

Acciones.- 
Las acciones tienen un elevado riesgo. Las posibilidades de pérdidas son muy altas y muchas veces el inversor desconoce en qué empresa está invirtiendo realmente.
En cualquier empresa se puede perder el 50% del dinero de un plumazo: no se salva ni una, tan sólo hay que ver cómo cotizan los principales valores del Ibex como Telefónica, Repsol, Santander,…Ya no digamos si las acciones que compramos son de los conocidos “chicharros”, es decir, valores pequeños que al igual que se pueden multiplicar por 2 o por 3 en pocos días también se puede perder todo. Por ejemplo Jazztel, Zeltia, incluso las grandes inmobiliarias se multiplicaron de valor en la época de bonanza y ahora están prácticamente todas en quiebra: Metrovacesa, Fadesa...
La inversión en acciones suele tener mucha liquidez a no ser que tengamos acciones de pequeños valores. Debido a la gran volatilidad hay que invertir dinero que no se vaya a necesitar en el corto/medio plazo sino te puede pasar que cuando necesites el dinero tengas que vender a precios muy bajos (como sucede ahora).

Divisas.- 
Es un producto arriesgado para inversores novatos. Se pueden usar como inversión o como financiación. Pero tienen un gran riesgo, una fuerte oscilación de la divisa puede provocarte grandes pérdidas en tu cuenta corriente en divisa e incluso que tu hipoteca se incremente en un 20% por la apreciación de la divisa en la que has formalizado la hipoteca. Cómo los tipos de interés de Japón eran más bajos que en España mucha gente firmó la hipoteca en Yenes. Asumiendo de este modo un gran riesgo. Imagínate comprar un piso por 200.000 euros y que al cabo de dos años tengas que devolver 240.000 euros porque se ha apreciado el Yen. Vale la pena el riesgo? Yo creo que no.
Fondos de Inversión.- 
Es la mejor forma para el inversos particular de invertir en renta variable. En vez de comprar acciones de una compañía u otra lo que haces es meter el dinero en un fondo de inversión (hay miles). Los expertos gestores se encargan de gestionar todo este patrimonio invirtiendo en empresas que son analizadas por ellos mismos o casas de análisis. Puedes escoger dónde invertir el dinero: fondos de empresas tecnológicas, de salud, farmacéuticas, financieros… Además también hay fondos de renta fija, garantizados, inmobiliarios,… La parte negativa es que tienen una comisión de gestión que oscila entre el 0,5% y el 2,5% aproximadamente. Pero merece la pena pagarla para que sea un experto el que gestione las inversiones: zapatero a tus zapatos.
Bonos y Letras.-  
Hasta hace poco eran el producto seguro por excelencia. Rendía poco pero era seguro. La crisis ha hecho que esto pase a la historia: ahora rinden mucho porque se le presume un riesgo elevado debido a la desconfianza que existe sobre la solvencia del Estado. No obstante, sigue siendo una inversión comparativamente muy segura con el añadido de un mercado muy profundo que permite comprar y vender con facilidad. 

Participaciones preferentes.-  
Es un producto perpetuo, es una mezcla entre las acciones y los bonos. No tienen vencimiento por lo que puede ser una inversión para toda la vida. Los rendimientos están condicionados a la que empresa tenga beneficios. Además si la empresa va a la quiebra son los tenedores de participaciones preferentes son los últimos en cobrar sólo antes que los accionistas. A estas pegas habría que añadir la falta de liquidez cómo está ocurriendo en la actualidad en la mayoría de entidades financieras.
Bonos subordinados.-  
Otro producto similar a las participaciones preferentes en el sentido que sólo cobras si la empresa tiene beneficios. Pero son más líquidos ya que algunos se negocian en mercados secundarios. Es un dinero que no se puede disponer hasta vencimiento. Eso sí, a diferencia de las preferentes en las subordinadas sí se sabe cuándo se devuelve el capital.
Futuros y opciones.- 
Son productos sólo para expertos, son tremendamente arriesgados porque es muy fácil perder toda la inversión, así como duplicarla en poco tiempo. La clave de estos productos es el apalancamiento, te permiten invertir varias veces el capital aportado.
Bonos Convertibles.- 
 Permiten a un ahorrador tener durante un tiempo unos bonos y luego convertirlos en acciones de acuerdo a la cantidad invertida en los bonos y al canje que se haga con las acciones. El principal riesgo es el precio de conversión, cuando se fija al inicio se asume el mismo riesgo que si comprases acciones porque a la hora del vencimiento te van a dar las acciones al precio prefijado, y si la acción en ese momento ha bajado un 20% tu lo pierdes. Lógicamente si la acción ha subido también te beneficias. En cambio hay otras conversiones hechas a precio de mercado que no dan problemas ya que se cambian por acciones al precio que estén cotizando en ese momento.

Pagarés y Bonos de empresas.-  

Son un producto de riesgo ya que te fías ciegamente de la solvencia de la empresa. Cómo cualquier inversión el rendimiento vendrá marcado por el riesgo de la inversión. Sólo hay que ver lo que ocurrió con los pagarés de Nueva Rumasa que prometían un 10% y al final los inversores perdieron su dinero. Suelen ser productos con poca liquidez.

Si sabéis de algún otro producto del que tengáis alguna duda podéis consultarme por correo.
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Teóricamente el banco no puede vender productos complejos a sus clientes pero a la vista está que en la práctica que hacen firmar un papel y te endosan lo que más les conviene en cada momento.
Os dejo aquí un breve resumen de los principales productos de ahorro e inversión con una sencilla explicación de cada uno de ellos.
Cuenta corriente o a la vista
El más sencillo de todos y usado. El banco te guarda el dinero a cambio de una rentabilidad mínima. Por el otro lado también tiene comisiones de mantenimiento que normalmente son más altas que los intereses que te dan. Sólo los buenos clientes gozan de cuentas sin comisiones. El dinero que tengas ahorrado en la cuenta corriente está garantizado hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos. Si el banco dónde tienes la cuenta corriente quiebra los primeros 100.000 euros de cada titular están a salvo.





Depósitos a plazo
Cada banco le pone su nombre pero al fin y al cabo un depósito a plazo (o Imposición a plazo) es similar a una cuenta corriente pero con la diferencia que los intereses que te da el banco son mayores a cambio de que no saques el dinero en un cierto de tiempo. Cuando mayor sea el tiempo del depósito mayor debe ser su rentabilidad. La rentabilidad es 100% segura y al igual que las cuentas corrientes el dinero está garantizado hasta los primeros 100.000 euros. Ojo con las penalizaciones si quieres sacar el dinero antes del vencimiento. Muchos bancos en vez de pagarte intereses te ofrecen regalos como Baterías de cocina, televisiones… Hay depósitos desde 1 mes de plazo hasta varios años. Es el producto rey por excelencia del ahorro en este país. Con la situación actual el rendimiento medio a 1 año que debería pagarte tu banco está entre el 3 y el 4%.
Depósitos Garantizados, Estructurados o vinculados
Ojo que a diferencia de los productos anteriores aquí ya empezamos a asumir más riesgo. Se tratan de depósitos a plazo con un componente de riesgo por el que en algunos casos la rentabilidad no está asegurada. Es el típico depósito cuya rentabilidad está vinculada por ejemplo a la evolución de la acción de Telefónica e incluso a si el Real Madrid gana la liga. Es una mezcla entre depósito a plazo y casa de apuestas. Sólo aptos para aquellos que estén dispuestos a perder dinero. Yo no lo aconsejo como vehículo de ahorro. A la hora de vendértelo te marean y sólo te cuentan lo bueno: “Si la acción de Telefónica no baja tiene una rentabilidad del 6% bla bla bla…” Al ahorrador se le iluminan los ojos cuando oye el 6% y al cabo del año no ha ganado nada. Está demostrado que la mayoría de veces la rentabilidad es cercana al 0%.

Acciones.- 
Las acciones tienen un elevado riesgo. Las posibilidades de pérdidas son muy altas y muchas veces el inversor desconoce en qué empresa está invirtiendo realmente.
En cualquier empresa se puede perder el 50% del dinero de un plumazo: no se salva ni una, tan sólo hay que ver cómo cotizan los principales valores del Ibex como Telefónica, Repsol, Santander,…Ya no digamos si las acciones que compramos son de los conocidos “chicharros”, es decir, valores pequeños que al igual que se pueden multiplicar por 2 o por 3 en pocos días también se puede perder todo. Por ejemplo Jazztel, Zeltia, incluso las grandes inmobiliarias se multiplicaron de valor en la época de bonanza y ahora están prácticamente todas en quiebra: Metrovacesa, Fadesa...
La inversión en acciones suele tener mucha liquidez a no ser que tengamos acciones de pequeños valores. Debido a la gran volatilidad hay que invertir dinero que no se vaya a necesitar en el corto/medio plazo sino te puede pasar que cuando necesites el dinero tengas que vender a precios muy bajos (como sucede ahora).

Divisas.- 
Es un producto arriesgado para inversores novatos. Se pueden usar como inversión o como financiación. Pero tienen un gran riesgo, una fuerte oscilación de la divisa puede provocarte grandes pérdidas en tu cuenta corriente en divisa e incluso que tu hipoteca se incremente en un 20% por la apreciación de la divisa en la que has formalizado la hipoteca. Cómo los tipos de interés de Japón eran más bajos que en España mucha gente firmó la hipoteca en Yenes. Asumiendo de este modo un gran riesgo. Imagínate comprar un piso por 200.000 euros y que al cabo de dos años tengas que devolver 240.000 euros porque se ha apreciado el Yen. Vale la pena el riesgo? Yo creo que no.
Fondos de Inversión.- 
Es la mejor forma para el inversos particular de invertir en renta variable. En vez de comprar acciones de una compañía u otra lo que haces es meter el dinero en un fondo de inversión (hay miles). Los expertos gestores se encargan de gestionar todo este patrimonio invirtiendo en empresas que son analizadas por ellos mismos o casas de análisis. Puedes escoger dónde invertir el dinero: fondos de empresas tecnológicas, de salud, farmacéuticas, financieros… Además también hay fondos de renta fija, garantizados, inmobiliarios,… La parte negativa es que tienen una comisión de gestión que oscila entre el 0,5% y el 2,5% aproximadamente. Pero merece la pena pagarla para que sea un experto el que gestione las inversiones: zapatero a tus zapatos.
Bonos y Letras.-  
Hasta hace poco eran el producto seguro por excelencia. Rendía poco pero era seguro. La crisis ha hecho que esto pase a la historia: ahora rinden mucho porque se le presume un riesgo elevado debido a la desconfianza que existe sobre la solvencia del Estado. No obstante, sigue siendo una inversión comparativamente muy segura con el añadido de un mercado muy profundo que permite comprar y vender con facilidad. 

Participaciones preferentes.-  
Es un producto perpetuo, es una mezcla entre las acciones y los bonos. No tienen vencimiento por lo que puede ser una inversión para toda la vida. Los rendimientos están condicionados a la que empresa tenga beneficios. Además si la empresa va a la quiebra son los tenedores de participaciones preferentes son los últimos en cobrar sólo antes que los accionistas. A estas pegas habría que añadir la falta de liquidez cómo está ocurriendo en la actualidad en la mayoría de entidades financieras.
Bonos subordinados.-  
Otro producto similar a las participaciones preferentes en el sentido que sólo cobras si la empresa tiene beneficios. Pero son más líquidos ya que algunos se negocian en mercados secundarios. Es un dinero que no se puede disponer hasta vencimiento. Eso sí, a diferencia de las preferentes en las subordinadas sí se sabe cuándo se devuelve el capital.
Futuros y opciones.- 
Son productos sólo para expertos, son tremendamente arriesgados porque es muy fácil perder toda la inversión, así como duplicarla en poco tiempo. La clave de estos productos es el apalancamiento, te permiten invertir varias veces el capital aportado.
Bonos Convertibles.- 
 Permiten a un ahorrador tener durante un tiempo unos bonos y luego convertirlos en acciones de acuerdo a la cantidad invertida en los bonos y al canje que se haga con las acciones. El principal riesgo es el precio de conversión, cuando se fija al inicio se asume el mismo riesgo que si comprases acciones porque a la hora del vencimiento te van a dar las acciones al precio prefijado, y si la acción en ese momento ha bajado un 20% tu lo pierdes. Lógicamente si la acción ha subido también te beneficias. En cambio hay otras conversiones hechas a precio de mercado que no dan problemas ya que se cambian por acciones al precio que estén cotizando en ese momento.

Pagarés y Bonos de empresas.-  

Son un producto de riesgo ya que te fías ciegamente de la solvencia de la empresa. Cómo cualquier inversión el rendimiento vendrá marcado por el riesgo de la inversión. Sólo hay que ver lo que ocurrió con los pagarés de Nueva Rumasa que prometían un 10% y al final los inversores perdieron su dinero. Suelen ser productos con poca liquidez.

Si sabéis de algún otro producto del que tengáis alguna duda podéis consultarme por correo.

La pregunta del millón: amortizar más hipoteca o ahorrar.


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Se aproxima final de año y se nos suele presentar la eterna duda: he conseguido ahorrar un dinerillo y no sé si merece la pena amortizar hipoteca o contratar un depósito.

La mentalidad española tiende a amortizar hipoteca siempre, sin pararse a pensar lo que esto supone económicamente. Para el español medio la hipoteca es la enemiga, es el incordio mensual de ver como se lleva gran parte del sueldo que tanto esfuerzo ha costado.  Hay que eliminarla lo antes posible.

Económicamente esto no siempre es así: la decisión entre amortizar hipoteca o no depende de varios factores, no hay una respuesta universal.



Inicialmente la decisión depende de cuanto nos cuesta la hipoteca (qué tipo de interés estamos pagando) y cual es el coste de oportunidad de mis ahorros, es decir, si contrato un depósito anual qué rendimiento me va a dar.

Si estoy pagando un 2% de interés de la hipoteca y el banco me ofrece un depósito al 4% no deberíamos amortizar la hipoteca y sí deberíamos contratar el depósito.

Esta es la decisión inicial pero hay más factores que debemos de tener en cuenta antes de decidirnos. El factor más importante es la deducción fiscal. Aquel que disfrute de la deducción fiscal por adquisición de primera vivienda tiene derecho a desgravarse el 15% de lo que pague anualmente de hipoteca con un máximo de 9.000 euros por persona (si  el piso se paga entre una pareja el límite sería 18.000 euros).

Lógicamente no hay ningún depósito que pague un 15% por lo que si durante el año no habéis llegado al límite de los 9.000 euros (18.000 euros si es una pareja) la decisión debería ser siempre amortizar hipoteca hasta llegar al límite que te permite la deducción.

Hay factores menos importantes pero que también deben considerarse:

-       La retención del IRPF de los depósitos por rendimientos de capital, es decir, si un depósito te paga el 4% tienes que tener en cuenta que existe una retención del 21% por lo que el tipo efectivo que deberás comparar con el coste de tu hipoteca es el 3,16% que obtienes al restarle la retención del 21% al rendimiento inicial.

-       La posible comisión de cancelación parcial que te pueda cobrar tu banco, normalmente sólo existe comisión por cancelación total y no por amortizaciones parciales pero es algo que hay que informarse antes de tomar una decisión ya que hay bancos que te cobran un 0,5% de comisión por amortizar anticipadamente.

-       La previsión del tipo de interés que se te aplicará a la hipoteca en el próximo año. Si los tipos se mueven rápidamente es posible que el tipo de interés que pagues el próximo año no tenga nada que ver con el actual. Puede ser que actualmente estés pagando un tipo de interés bajo en tu hipoteca pero si los tipos han subido mucho recientemente tu hipoteca se encarecerá. Por este motivo debes informarte del tipo de interés actual para comprobar el ahorro real de amortizar tu hipoteca anticipadamente.

-       Las necesidades de liquidez que puedas llegar a tener: una vez que amortices hipoteca ya no puedes disponer de ese dinero sin volver a solicitar un préstamo o una ampliación. Siempre hay imprevistos y quizá te resulta más tranquilizador tener el dinero a mano en tu banco en un depósito antes que pagárselo anticipadamente.

Por último os dejo un ejemplo de la comparativa entre amortizar anticipadamente o ahorrar en un depósito. Estos son los supuestos de este ejemplo en el que una pareja con unos ahorros de 15.000 euros se plantea si amortizar hipoteca o invertirlo en un depósito al 4%.

Os atrevéis a adivinar cual será el resultado antes de seguir leyendo?

Veamos: la hipoteca inicial de 200.000 euros con los tipos actuales (Euribor 0,7% + diferencial 1%) les supone actualmente una cuota de 710 euros. Esto quiere decir que durante el año han pagado 12 cuotas con un total amortizado de 8.520 euros, muy lejos de la deducción máxima de los 18.000 euros. Por lo que para aprovechar la deducción del 15% al máximo deben amortizar hasta los 18.000 euros, es decir, 9.480 euros más.



Con el restante dinero hasta llegar a los ahorros de 15.000 euros lo mejor es que contraten el depósito al 4% que se les quedará en un 3,16% neto de impuestos pero que sigue siendo superior al 1,7% que se ahorrarían amortizando más hipoteca. Hemos considerado que no existe comisión por cancelación anticipada.

En este ejemplo vemos como la mejor opción es una opción intermedia que amortiza hipoteca para beneficiarse de la deducción pero que también contrata el depósito para aprovechar que los tipos son superiores a los hipotecarios.
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Se aproxima final de año y se nos suele presentar la eterna duda: he conseguido ahorrar un dinerillo y no sé si merece la pena amortizar hipoteca o contratar un depósito.

La mentalidad española tiende a amortizar hipoteca siempre, sin pararse a pensar lo que esto supone económicamente. Para el español medio la hipoteca es la enemiga, es el incordio mensual de ver como se lleva gran parte del sueldo que tanto esfuerzo ha costado.  Hay que eliminarla lo antes posible.

Económicamente esto no siempre es así: la decisión entre amortizar hipoteca o no depende de varios factores, no hay una respuesta universal.



Inicialmente la decisión depende de cuanto nos cuesta la hipoteca (qué tipo de interés estamos pagando) y cual es el coste de oportunidad de mis ahorros, es decir, si contrato un depósito anual qué rendimiento me va a dar.

Si estoy pagando un 2% de interés de la hipoteca y el banco me ofrece un depósito al 4% no deberíamos amortizar la hipoteca y sí deberíamos contratar el depósito.

Esta es la decisión inicial pero hay más factores que debemos de tener en cuenta antes de decidirnos. El factor más importante es la deducción fiscal. Aquel que disfrute de la deducción fiscal por adquisición de primera vivienda tiene derecho a desgravarse el 15% de lo que pague anualmente de hipoteca con un máximo de 9.000 euros por persona (si  el piso se paga entre una pareja el límite sería 18.000 euros).

Lógicamente no hay ningún depósito que pague un 15% por lo que si durante el año no habéis llegado al límite de los 9.000 euros (18.000 euros si es una pareja) la decisión debería ser siempre amortizar hipoteca hasta llegar al límite que te permite la deducción.

Hay factores menos importantes pero que también deben considerarse:

-       La retención del IRPF de los depósitos por rendimientos de capital, es decir, si un depósito te paga el 4% tienes que tener en cuenta que existe una retención del 21% por lo que el tipo efectivo que deberás comparar con el coste de tu hipoteca es el 3,16% que obtienes al restarle la retención del 21% al rendimiento inicial.

-       La posible comisión de cancelación parcial que te pueda cobrar tu banco, normalmente sólo existe comisión por cancelación total y no por amortizaciones parciales pero es algo que hay que informarse antes de tomar una decisión ya que hay bancos que te cobran un 0,5% de comisión por amortizar anticipadamente.

-       La previsión del tipo de interés que se te aplicará a la hipoteca en el próximo año. Si los tipos se mueven rápidamente es posible que el tipo de interés que pagues el próximo año no tenga nada que ver con el actual. Puede ser que actualmente estés pagando un tipo de interés bajo en tu hipoteca pero si los tipos han subido mucho recientemente tu hipoteca se encarecerá. Por este motivo debes informarte del tipo de interés actual para comprobar el ahorro real de amortizar tu hipoteca anticipadamente.

-       Las necesidades de liquidez que puedas llegar a tener: una vez que amortices hipoteca ya no puedes disponer de ese dinero sin volver a solicitar un préstamo o una ampliación. Siempre hay imprevistos y quizá te resulta más tranquilizador tener el dinero a mano en tu banco en un depósito antes que pagárselo anticipadamente.

Por último os dejo un ejemplo de la comparativa entre amortizar anticipadamente o ahorrar en un depósito. Estos son los supuestos de este ejemplo en el que una pareja con unos ahorros de 15.000 euros se plantea si amortizar hipoteca o invertirlo en un depósito al 4%.

Os atrevéis a adivinar cual será el resultado antes de seguir leyendo?

Veamos: la hipoteca inicial de 200.000 euros con los tipos actuales (Euribor 0,7% + diferencial 1%) les supone actualmente una cuota de 710 euros. Esto quiere decir que durante el año han pagado 12 cuotas con un total amortizado de 8.520 euros, muy lejos de la deducción máxima de los 18.000 euros. Por lo que para aprovechar la deducción del 15% al máximo deben amortizar hasta los 18.000 euros, es decir, 9.480 euros más.



Con el restante dinero hasta llegar a los ahorros de 15.000 euros lo mejor es que contraten el depósito al 4% que se les quedará en un 3,16% neto de impuestos pero que sigue siendo superior al 1,7% que se ahorrarían amortizando más hipoteca. Hemos considerado que no existe comisión por cancelación anticipada.

En este ejemplo vemos como la mejor opción es una opción intermedia que amortiza hipoteca para beneficiarse de la deducción pero que también contrata el depósito para aprovechar que los tipos son superiores a los hipotecarios.

La TAE, esa gran desconocida


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Estaréis cansados de escuchar de una tal T.A.E en los anuncios de bancos e incluso de coches. Habréis oído que un depósito te paga un 3% y en letras muy pequeñas (3,1% TAE).

La T.A.E significa Tasa Anual Equivalente y como su propio nombre indica nos muestra  el tipo de interés equivalente si los pagos fuesen anuales.

Para muestra un botón:

Tenemos una cuenta corriente con 100 euros que nos paga un 3% (a esto se le llama tipo de interés nominal). En función del día que nos pague los intereses nuestra TAE será distinta:

a)    Si nos lo paga a final del año el 31 de diciembre cobraremos 3 euros (3% de 100) y la TAE será del 3% y coincidirá con el tipo de interés nominal.

b)    Si los intereses nos los paga la mitad en junio y la otra mitad a final de año cobraremos en junio 1,5 euros y en diciembre otros 1,5 euros pero la TAE será mayor del 3%, concretamente del 3,02%. Esto es así debido a que en junio ya hemos dispuesto de 1,5 euros que también devengarán intereses al 3% hasta final de año, es decir, 0,0225 euros (el 3% de 1,5 euros  en 6 meses). Por lo tanto nuestro rendimiento final es mayor que en el caso anterior en exactamente 0,0225 euros y por lo tanto la TAE es superior.

c)    En este caso la mejor TAE sería si cobrásemos todos los intereses el primer día (cosa que nunca ocurre). La TAE en este caso sería del 3,09% ya que los 3 euros nos generarían 0,09 euros adicionales.

Debido al valor temporal del dinero cuanto antes cobremos los intereses mayor será nuestra TAE y nuestro rendimiento.


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Estaréis cansados de escuchar de una tal T.A.E en los anuncios de bancos e incluso de coches. Habréis oído que un depósito te paga un 3% y en letras muy pequeñas (3,1% TAE).

La T.A.E significa Tasa Anual Equivalente y como su propio nombre indica nos muestra  el tipo de interés equivalente si los pagos fuesen anuales.

Para muestra un botón:

Tenemos una cuenta corriente con 100 euros que nos paga un 3% (a esto se le llama tipo de interés nominal). En función del día que nos pague los intereses nuestra TAE será distinta:

a)    Si nos lo paga a final del año el 31 de diciembre cobraremos 3 euros (3% de 100) y la TAE será del 3% y coincidirá con el tipo de interés nominal.

b)    Si los intereses nos los paga la mitad en junio y la otra mitad a final de año cobraremos en junio 1,5 euros y en diciembre otros 1,5 euros pero la TAE será mayor del 3%, concretamente del 3,02%. Esto es así debido a que en junio ya hemos dispuesto de 1,5 euros que también devengarán intereses al 3% hasta final de año, es decir, 0,0225 euros (el 3% de 1,5 euros  en 6 meses). Por lo tanto nuestro rendimiento final es mayor que en el caso anterior en exactamente 0,0225 euros y por lo tanto la TAE es superior.

c)    En este caso la mejor TAE sería si cobrásemos todos los intereses el primer día (cosa que nunca ocurre). La TAE en este caso sería del 3,09% ya que los 3 euros nos generarían 0,09 euros adicionales.

Debido al valor temporal del dinero cuanto antes cobremos los intereses mayor será nuestra TAE y nuestro rendimiento.


martes, 23 de octubre de 2012

Comisiones bancarias: las 6 más peligrosas


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Las comisiones, son esos números rojos que aparecen más a menudo de lo que nos gustaría en nuestra cuenta corriente. Qué tipo de comisiones tengo que tener en cuenta a la hora de abrir una cuenta en un banco?



Aquí os dejo las más famosas y temidas:

Comisión por mantenimiento: Se aplica por gastos administrativos, puede ser trimestral, semestral e incluso anual.

Comisión por transferencias: se aplica cada vez que realizamos una transferencia a otra. Su coste dependerá del destino del dinero, es decir si es nacional, europea o internacional.

Comisión por descubierto: se aplica cuando el saldo en cuenta es negativo.

Comisión por ingreso de cheques: se aplica cuando ingresamos un cheque en nuestra entidad.

Comisión por reclamación de posiciones deudoras: se aplica por la comunicación de un retraso en el pago de una cuota o cuando se produce un descubierto en una cuenta corriente.

Comisión por retiro de dinero: en los cajeros de la misma entidad o red
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Las comisiones, son esos números rojos que aparecen más a menudo de lo que nos gustaría en nuestra cuenta corriente. Qué tipo de comisiones tengo que tener en cuenta a la hora de abrir una cuenta en un banco?



Aquí os dejo las más famosas y temidas:

Comisión por mantenimiento: Se aplica por gastos administrativos, puede ser trimestral, semestral e incluso anual.

Comisión por transferencias: se aplica cada vez que realizamos una transferencia a otra. Su coste dependerá del destino del dinero, es decir si es nacional, europea o internacional.

Comisión por descubierto: se aplica cuando el saldo en cuenta es negativo.

Comisión por ingreso de cheques: se aplica cuando ingresamos un cheque en nuestra entidad.

Comisión por reclamación de posiciones deudoras: se aplica por la comunicación de un retraso en el pago de una cuota o cuando se produce un descubierto en una cuenta corriente.

Comisión por retiro de dinero: en los cajeros de la misma entidad o red

Lo que la verdad esconde dentro de una oficina bancaria


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A estas alturas estamos hartos de escuchar el descontento generalizado que existe con las malas prácticas realizadas por la gran mayoría de los bancos. El escándalo de las participaciones preferentes es de juzgado de guardia pero tan sólo es la punta del iceberg de un negocio que está degenerando en una especie de mercadillo financiero e incluso no financiero.



Basta acudir a una oficina en los últimos años para ver como los comerciales han pasado de vender productos de ahorro y seguros a ofrecer cafeteras, cuberterías, televisiones, portátiles, bicicletas y ahora pisos.

Pero el principal problema del negocio bancario es que concentra en un único punto la fábrica, el asesoramiento y la venta de un producto. Para hacer un símil con el mundo de la medicina es como si la empresa farmacéutica, el médico y la farmacia fuera una misma persona.

La empresa farmacéutica que fabrica el producto siempre te va a decir que el suyo es el mejor. El papel del médico es asesorarte, él es el especialista y no debe tener ningún interés especial por ningún medicamento concreto. Una vez que el médico te recomienda un producto te diriges a la farmacia y el farmacéutico te lo vende. Él es el que te indicará una marca u otra, él es el que realiza la venta pero siempre bajo el criterio del médico.

Pues en una oficina bancaria la empresa farmacéutica, el médico y el farmacéutico es la misma persona



Para más inri existe un ser supremo que es la Dirección General del banco que es la que decide que “medicamento”  hay que vender en cada ocasión. Son las conocidas campañas que tienen los bancos: seguros de vida, de salud, pensiones, fondos de inversión…es como la semana fantástica de El Corte Inglés pero cada cierto tiempo va cambiando el producto.

Así que da igual que te presentes al banco con dolor de cabeza y que hasta el más cortito vea que necesitas una aspirina, si coincide que vas durante la semana de los supositorios te vas a ir a casa con varios kilos de ellos, que hasta vas a tener que comerte los garbanzos atados.

En la banca tradicional el banquero de confianza te recomendaría el producto que realmente te hace falta y se ajusta mejor a tus necesidades, eran otros tiempos en los que incluso ser banquero podía ser vocacional.

Pero el negocio bancario se ha convertido en algo realmente repugnante en lo que sólo cuenta vender lo que te mandan desde arriba, da igual que sea un producto tóxico o que a ese cliente no le sea de ninguna utilidad. El comercial de la oficina si no vende no cobra y en algunos casos se va incluso a la calle.

Daría para escribir varios libros la de salvajadas que se han visto en una oficina bancaria pero lo de los últimos años ya no tiene nombre. Una cosa es colocar a un anciano casi analfabeto el mejor portátil del mercado (cuando al hombre le bastaba con una máquina de escribir) y otra cosa es vender a gente mayor un producto de alto riesgo como si fuese un depósito a plazo y decirles que se llaman participaciones preferentes porque sólo se ofrecen a clientes preferentes.

Desde AhorroyFinanzas® nos damos por satisfechos con que alguno de los lectores se acerque a su banco sabiendo que necesita una aspirina y diciendo NO al supositorio que le quiere endosar su banco.
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A estas alturas estamos hartos de escuchar el descontento generalizado que existe con las malas prácticas realizadas por la gran mayoría de los bancos. El escándalo de las participaciones preferentes es de juzgado de guardia pero tan sólo es la punta del iceberg de un negocio que está degenerando en una especie de mercadillo financiero e incluso no financiero.



Basta acudir a una oficina en los últimos años para ver como los comerciales han pasado de vender productos de ahorro y seguros a ofrecer cafeteras, cuberterías, televisiones, portátiles, bicicletas y ahora pisos.

Pero el principal problema del negocio bancario es que concentra en un único punto la fábrica, el asesoramiento y la venta de un producto. Para hacer un símil con el mundo de la medicina es como si la empresa farmacéutica, el médico y la farmacia fuera una misma persona.

La empresa farmacéutica que fabrica el producto siempre te va a decir que el suyo es el mejor. El papel del médico es asesorarte, él es el especialista y no debe tener ningún interés especial por ningún medicamento concreto. Una vez que el médico te recomienda un producto te diriges a la farmacia y el farmacéutico te lo vende. Él es el que te indicará una marca u otra, él es el que realiza la venta pero siempre bajo el criterio del médico.

Pues en una oficina bancaria la empresa farmacéutica, el médico y el farmacéutico es la misma persona



Para más inri existe un ser supremo que es la Dirección General del banco que es la que decide que “medicamento”  hay que vender en cada ocasión. Son las conocidas campañas que tienen los bancos: seguros de vida, de salud, pensiones, fondos de inversión…es como la semana fantástica de El Corte Inglés pero cada cierto tiempo va cambiando el producto.

Así que da igual que te presentes al banco con dolor de cabeza y que hasta el más cortito vea que necesitas una aspirina, si coincide que vas durante la semana de los supositorios te vas a ir a casa con varios kilos de ellos, que hasta vas a tener que comerte los garbanzos atados.

En la banca tradicional el banquero de confianza te recomendaría el producto que realmente te hace falta y se ajusta mejor a tus necesidades, eran otros tiempos en los que incluso ser banquero podía ser vocacional.

Pero el negocio bancario se ha convertido en algo realmente repugnante en lo que sólo cuenta vender lo que te mandan desde arriba, da igual que sea un producto tóxico o que a ese cliente no le sea de ninguna utilidad. El comercial de la oficina si no vende no cobra y en algunos casos se va incluso a la calle.

Daría para escribir varios libros la de salvajadas que se han visto en una oficina bancaria pero lo de los últimos años ya no tiene nombre. Una cosa es colocar a un anciano casi analfabeto el mejor portátil del mercado (cuando al hombre le bastaba con una máquina de escribir) y otra cosa es vender a gente mayor un producto de alto riesgo como si fuese un depósito a plazo y decirles que se llaman participaciones preferentes porque sólo se ofrecen a clientes preferentes.

Desde AhorroyFinanzas® nos damos por satisfechos con que alguno de los lectores se acerque a su banco sabiendo que necesita una aspirina y diciendo NO al supositorio que le quiere endosar su banco.

Cultura financiera: la asignatura pendiente de todos


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Parece mentira que en este país estemos a la última en algunas cosas y en otras, mucho más importantes, estemos a la cola de Europa.

La cultura financiera es algo que en España brilla por su ausencia. Cuesta encontrar las palabras cultura, financiera y España en una misma frase. Si me apuráis incluso las dos primeras juntas.

De que la cultura financiera es escasa e incluso nula no hay duda. Pero de quien es la culpa que no exista tal cultura financiera en nuestro país?

Es cierto que el actual sistema educativo no ayuda mucho. Nuestros chavales acaban el bachillerato sabiendo que la gente de Elche no son elchinos sino licitanos y que el símbolo del Wolframio es W y su número atómico el 74. Pero nadie les explica nada del Euribor, la economía familiar, el ahorro…

El argumento más populista sería culpar al gobierno y al sistema educativo, pero los culpables principales somos nosotros mismos: en el colegio tampoco enseñan prácticamente nada de informática y aquí hasta el más tonto sabe bajarse películas de internet, utilizar decenas de aplicaciones, discernir entre una televisión u otra en base a todas sus características técnicas…eso sí cuando se trata de aprender sobre finanzas personales pasamos de todo y nos creemos lo que nos dice.

En que cabeza cabe que para comprar un televisor nos pasemos una semana entera entrando en foros, consultando a amigos, leyendo revistas especializadas…todo pare decidir si es mejor LCD o Plasma, si LG o Samsung etc

En cambio para realizar la operación económica más importante de nuestra vida, como lo es la compra de un piso y su correspondiente hipoteca nos basta escuchar lo que nos dicen en la oficina. Y luego nos encontramos con sorpresas como los famosos suelos hipotecarios que evitan que nuestra cuota hipotecaria baje al mismo ritmo que el Euribor.


Que España está a la cola en formación financiera no es un secreto, tan sólo hay que ver dónde tienen los ahorros los españoles y dónde los tienen los europeos. El 80% de nuestros ahorros está en la propia vivienda y el restante 20% en productos financieros (la mitad en cuentas a la vista o depósitos).  En Europa en cambio los activos financieros como Fondos de Inversión y Fondos de pensiones están mucho más popularizados.



Para muestra este cuadro dónde se muestra en base al PIB de cada país el volumen de activos financieros, se aprecia que estamos a la cola de Europa, una muestra más de la escasa cultura financiera.


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Parece mentira que en este país estemos a la última en algunas cosas y en otras, mucho más importantes, estemos a la cola de Europa.

La cultura financiera es algo que en España brilla por su ausencia. Cuesta encontrar las palabras cultura, financiera y España en una misma frase. Si me apuráis incluso las dos primeras juntas.

De que la cultura financiera es escasa e incluso nula no hay duda. Pero de quien es la culpa que no exista tal cultura financiera en nuestro país?

Es cierto que el actual sistema educativo no ayuda mucho. Nuestros chavales acaban el bachillerato sabiendo que la gente de Elche no son elchinos sino licitanos y que el símbolo del Wolframio es W y su número atómico el 74. Pero nadie les explica nada del Euribor, la economía familiar, el ahorro…

El argumento más populista sería culpar al gobierno y al sistema educativo, pero los culpables principales somos nosotros mismos: en el colegio tampoco enseñan prácticamente nada de informática y aquí hasta el más tonto sabe bajarse películas de internet, utilizar decenas de aplicaciones, discernir entre una televisión u otra en base a todas sus características técnicas…eso sí cuando se trata de aprender sobre finanzas personales pasamos de todo y nos creemos lo que nos dice.

En que cabeza cabe que para comprar un televisor nos pasemos una semana entera entrando en foros, consultando a amigos, leyendo revistas especializadas…todo pare decidir si es mejor LCD o Plasma, si LG o Samsung etc

En cambio para realizar la operación económica más importante de nuestra vida, como lo es la compra de un piso y su correspondiente hipoteca nos basta escuchar lo que nos dicen en la oficina. Y luego nos encontramos con sorpresas como los famosos suelos hipotecarios que evitan que nuestra cuota hipotecaria baje al mismo ritmo que el Euribor.


Que España está a la cola en formación financiera no es un secreto, tan sólo hay que ver dónde tienen los ahorros los españoles y dónde los tienen los europeos. El 80% de nuestros ahorros está en la propia vivienda y el restante 20% en productos financieros (la mitad en cuentas a la vista o depósitos).  En Europa en cambio los activos financieros como Fondos de Inversión y Fondos de pensiones están mucho más popularizados.



Para muestra este cuadro dónde se muestra en base al PIB de cada país el volumen de activos financieros, se aprecia que estamos a la cola de Europa, una muestra más de la escasa cultura financiera.


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AhorroyFinanzas® nace con la misión de asesorar en el mundo de las finanzas personales. Es una tarea que hasta hace un tiempo se suponía que realizaban en la oficina bancaria o de caja de ahorros de toda la vida pero que el tiempo ha demostrado que no es así.

En tu oficina no hay asesores financieros sino vendedores o comerciales de la entidad financiera. Está visto que tu banco no busca tu beneficio sino el suyo propio.

Desde este blog aprovecharemos la oportunidad que nos ofrece internet para hacer llegar a todo aquel que esté interesado la información necesaria para que cada uno tome las decisiones más apropiadas en lo que respecta a sus finanzas personales.

Conocedores de primera mano del negocio bancario, sabedores de lo que realmente se cuece en una entidad financiera, nos encargaremos de darte todas las armas necesarias para que cuando acudas a tu oficina lo hagas con las ideas bien claras acerca de los pros y contras de todo lo que tu banco te pueda ofrecer.


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En tu oficina no hay asesores financieros sino vendedores o comerciales de la entidad financiera. Está visto que tu banco no busca tu beneficio sino el suyo propio.

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Conocedores de primera mano del negocio bancario, sabedores de lo que realmente se cuece en una entidad financiera, nos encargaremos de darte todas las armas necesarias para que cuando acudas a tu oficina lo hagas con las ideas bien claras acerca de los pros y contras de todo lo que tu banco te pueda ofrecer.


 
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